Se trata de dar una vuelta por el mundo, visitando sus rincones, conociendo sus costumbres y viendo sus curiosidades y haremos todo este recorrido a través de mi colección de postales. ¡Buen Viaje!
domingo, 4 de agosto de 2013
Basílica de Saint-Denis
La basílica de Saint-Denis (en español, San Dionisio) es una iglesia célebre en la historia del arte por ser la primera que se erigió en el estilo gotico, y está situada en Saint-Denis, cerca de París. Tiene el estatuto de catedral (de la diócesis de Saint-Denis) desde 1966 pero sigue siendo una abadía.
Ya desde el Bajo Imperio existía un cementerio en Saint-Denis. En el siglo IV se erigió un mausoleo en el mismo lugar en el que se encuentra hoy el altar mayor. En el siglo V, Santa Genoveva adquirió las tierras colindantes e hizo construir una iglesia, que fue ampliada por dos veces durante la época merovingia, especialmente durante el reinado de Dagoberto I. Hacia el año 630 fue enterrado en ella San Dionisio (primer obispo de París) junto con dos de sus compañeros: el sacerdote Rusticus y el diácono Eleuthere. Hacia 750 se empezó a construir un nuevo santuario por orden de Pipino el Breve. Durante la época carolingia se construyó una iglesia en forma de basílica, con tres naves y un transepto. La misma fue renovándose con el transcurso de los años hasta el siglo XIV. Durante la primera mitad del siglo XII, el abad Suger, consejero de Luis VI el Gordo y de Luis el Joven, hizo derribar la iglesia carolingia y erigir una iglesia gótica. Con Suger la abadía adquirió más importancia; en ella se guardaban las regalías y se convirtió en una necrópolis real y dinástica.
Desde el fallecimiento de Hugo Capeto, la basílica contiene las tumbas de los reyes de Francia, excepto la de Felipe I que fue enterrado en el monasterio de Saint-Benoitsur-Loire.
El primero de los reyes capetianos, Hugo Capeto, fue abad laico de Saint-Denis, quien se aprovechó del potencial de la abadía para reforzar su poder.
El 22 de agosto de 1291, una bula del Papa Nicolás IV, firmada en Orvieto, ratificó la bula de Celestino III que otorgaba a los religiosos de Saint-Denis el privilegio de no estar sometidos a ninguna sanción canónica viniera de quien viniere (excepto las de sus abades), sin que la misma tuviera una licencia especial del soberano pontífice.
Los reyes de Francia acudían a la abadía de Saint-Denis a orar y coger la Oriflama antes de ir a la guerra o a las cruzadas.
Durante las guerras de Religión, los protestantes y los católicos se enfrentaron en 1576 en una violenta batalla, y en 1593 Enrique IV abjuró del protestantismo.
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